lunes, 22 de noviembre de 2010

TODO POR LA CESTA O LA MALDICION DEL HOMBRE TANGÓN.

La verdad, después de lo sucedido ayer en la primera prueba del Trofeo de Navidad de Aguete, no sabía como titular y menos enfocar esta entrada del Blog.
Apoyándome en el mundo del cine, que es muy socorrido, voy a usar dos películas para iniciar la crónica. Una es “Todo por la pasta”, protagonizada por Pilar Bardem, Antonio Resines y algún otro titiritero. En este caso y modificando ligeramente el título se convertiría en “Todo por la cesta” (La cesta de navidad que entregan como trofeo en esta regata, por la que los del Grifo están dispuestos a matar) y estaría protagonizada por Chito Freire y el “afable” Jano.
La otra entrega de esta “sesión de tarde” sería “La maldición del hombre lobo” protagonizada por Oliver Reed y Ivonne Romain, pero en esta adaptación regatera se denominaría “La maldición del hombre tangón” con la inigualable actuación de Juan “Malaguita”, llevando su papel hasta el límite, en una interpretación digna de un Oscar.
Adjunto una foto del magnífico actor, en el momento de su transformación en tangón, con el amantillo colocado.



Una vez iniciada la entrada, paso a relatar los pormenores de la regata. La previsión era de vientos sostenidos de unos 22 nudos y incrementándose a lo largo del día. Llegamos al campo de regatas y nos encontramos con unas condiciones bastante duras, Izamos el génova 3 y nos situamos en la línea de salida en el peor sitio y en el peor momento, comenzamos el primer bordo tratando de remontar alguna posición, después de varias viradas y pasándolo bastante mal por las continuas rachas y roles, llegamos a la baliza de barlovento, comenzamos la primera popa con un rumbo directo hacia la baliza de sota. En algún momento, el mítico alcanzaba puntas de 9,9 nudos de velocidad y de esta forma recortamos distancia a nuestros rivales. Comienza la segunda ceñida, más de lo mismo, viento fuerte con rachas que en algunos momentos llegaron a marcar en el anemómetro puntas de 32 nudos, retomamos nuevamente la baliza y nos lanzamos con viento de popa y orejas de burro hacia sotavento, el balance del barco,  provocado por el mar de viento, hacía que el génova, de vez en cuando trasluchara hacia la banda contraria. Cris propuso entangonarlo, pero pensé que como el viento era suficiente para mantenerlo portando y sólo se desventaba en pocas ocasiones le dije que no. En el último tercio de la popa, decidí enviar a Juan a proa con la intención de sujetar la vela con el cuerpo, en un momento dado escuchamos en la emisora VHF que alguien protestaba contra el Chispa y el Enxuto, el comité trató de contactar con esa persona que protestaba, pero no obtuvo respuesta. Nosotros sabiendo que no habíamos hecho nada ilegal, pensamos que era una broma de alguna persona que estaba viendo la regata desde tierra.
Llegamos a las inmediaciones de la baliza de sota, el Grifo que iba unas esloras por delante de nosotros, se va de orzada y no logra superarla, se queda amurado a babor y tiene que dejarnos pasar. Tercera ceñida, aprovechando el fallo de Chito, nos dedicamos a aumentar la distancia sobre ellos y acercarnos al Chispa, llegando a barlo muy cerca de Pepe. En el través hasta la Isla de Tambo, logramos superarlo y nos separamos de su proa, la última ceñida fue especialmente dura ya que el viento volvió a arreciar con fuerza, los rociones eran continuos y los roles complicaban la elección de los bordos. Llegamos al desmarque por última vez y empezamos el tramo final de popa, como no, en orejas de burro. Dado el buen resultado que nos dio “Malaguita” haciendo de “hombre tangón” en los tramos anteriores, decidí enviarlo de nuevo a proa, para mantener la vela con el cuerpo. De esta forma entramos en meta.
En ese momento, volvemos a escuchar por la emisora que alguien emite una protesta contra el Chispa y el Enxuto, nos quedamos flipados preguntándonos, quien podría ser y lo que es más importante, el por qué.
Mientras estábamos arriando el trapo, nos pasó muy cerca el Chispa y nos informa que la protesta provenía del Grifo y que era por llevar un hombre haciendo de tangón. No nos lo podíamos creer y decidimos ir a Aguete para poder defendernos. Al llegar me encontré a Chito y me confirma que la protesta es por el detalle del hombre en proa, nos tomamos el caldito con el que el club nos agasajaba y a las 16:30 se celebró la audiencia.
Con toda la solemnidad que un acto así exige, el comité escuchó la argumentación de Chito y nosotros no pudimos más que corroborar lo allí expuesto, con lo cual Chispa y Enxuto descalificados.
La protesta es lícita y el Grifo tiene todo el derecho a formularla, pero tengo que decir que yo no lo haría por dos motivos. El primero, no es una acción que suponga una ventaja clara para variar el resultado final de una regata y menos en un día como el sábado, en el que la vela se mantenía en su posición sin ayuda, salvo en los momentos de más balance, una acción que es legal sí utilizásemos el tangón, con el mismo efecto que produce un hombre en proa. Pero Chito tiene todo el derecho a formularla, el Enxuto no lo haría. El segundo motivo es que somos barcos que navegamos siempre juntos, que nos conocemos personalmente y que tanto Chito como su gente, saben que en el Enxuto, nunca se haría conscientemente, nada ilegal para ganar una regata y en el caso de estar al tanto de esa regla no la hubiéramos infringido.
Insisto... Chito ejerció su derecho, pero yo no lo haría.


Una foto de los "delincuentes" más buscados en la Ría de Pontevedra.

viernes, 5 de noviembre de 2010

LA COMUNICACION A BORDO DEL ENXUTO.



Definitivamente, no es deseable que cualquier tripulante intente comunicar cualquier cosa; no es bueno para la concentración del caña. Solamente dos o tres personas deben hablar con el caña: el táctico, los trimers y el navegante.
Durante una regata, el caña se debe concentrar en navegar el barco
rápido; el táctico debe reportar la táctica; el navegante debe
comunicarse primeramente con el táctico; y los trimers deben
hablar directamente con el caña acerca de la velocidad. El resto de
la tripulación debe hablar solamente si hay algo en el rumbo que
debe ser considerado, en caso contrario deben permanecer callados.
Cualquier idea de la tripulación debe ser filtrada por el táctico.
Navegar en un barco es un deporte de equipo. El patrón no
puede hacer nada cuando está navegando. Tiene que delegar
responsabilidades. Si se establece una jerarquía de
comunicaciones, tendrá que oír lo que es esencial y no gastar su
tiempo en la distracción. También tiene que estar libre para indicar
lo que cada uno debe hacer.
De hecho, el caña no necesita hablar con la tripulación. La
información debe volar desde él y también a él. La cosas obvias
que debe decir son, “el barco va flojo” o “nos encontramos con
mucha potencia” o “no puedo navegar con el génova tan cazado a
esta velocidad”. Estas son las cosas que tienen que ser sentidas al
tacto de la caña; cualquier otra persona tardará mucho tiempo en
darse cuanta de lo que va mal. Él sabe lo que siente a la caña cuando el barco va lento: “Fuera de la caña solamente se puede sospechar”.
El caña debe ser cuidadoso en determinar el trimado de las velas.
El trimer de mayor, por ejemplo, mira la vela continuamente todo
el día y puede obsesionarse con sus únicos problemas. Es irónico
que el patrón pueda mirar arriba y decir "Hummm!, necesitamos
un poco más de twist". El trimer debe ser capaz de hacer que vela
pinte perfecta, pero no puede sentir los efectos en el barco. Otra
cosa que el patrón puede determinar mejor que cualquiera es el
ángulo de escora. Un miembro de la tripulación puede mira el
inclinómetro y ver cuantos grados está el barco de inclinado, pero
el caña puede decir, “pienso que el barco iría mejor con un poco
menos de escora.

Está claro que todo esto es inviable y nunca se llevará a la práctica en la cubierta del Enxuto. Pero…… todo tiene una razón de ser y esta entrada viene motivada porque en los últimos tiempos el nivel de concentración ha bajado en demasía a bordo.
La incorporación de dos chicos jóvenes, Quique (el quinceañero) y Juan (el enamorado), hace que las conversaciones giren en torno a temas ajenos a la competición y en algunos momentos rayando el mal gusto. Voy a hablar con Ana (la madre de Quique) para que le lave la boca con jabón antes de venir a regatear y del otro pajarito, como su madre no está por estas latitudes, ya me encargaré yo.
Por otro lado,  trataré de mantenerlos separados haciendo banda, ya que son una mala influencia el uno para el otro.

He dicho.