Eviña… oye, dejo esto, eh? Es muy estresante.

Cuando finalizó la prueba del sábado, pensé en llamar a Eva y decirle que dejaba las regatas…. No tenía nada claro que los buenos momentos vividos a bordo, compensasen el estrés producido por lo “difícil” que era el campo ese día.
Este pensamiento lo mantuve durante unos 5 minutos, porque una vez procesadas, de forma serena, todas las imágenes y sensaciones… Quería que la semana pasase volando para volver a embarcar y estar en el último minuto, masticando adrenalina.

Viento limpio, es lo que conseguimos en la salida, máxima prioridad, según Víctor Mariño y yo, que soy un alumno participante en el curso que está impartiendo en el Club Náutico de Combarro, traté de buscarlo de forma obsesiva.
Primeros cruces y alcanzamos al layline del norte, viento flojo, pero suficiente, llegamos a Morrazán, la presión escasea y vemos al norte una mancha de viento, observando al Sebrala de Froiz que ya empezaba a disfrutarla, decidimos abrir velas y arrumbar directamente hacia ella.
Cuando llegamos al nuevo viento, spinnaker arriba y volando bajo hacia Mourisca, cuartos en real y pensando que sí el norte se imponía estábamos en una buena situación, el Porto de Marín (diseño ligero) y Chispa muertos, más al sur. El único vivo era un Grifo, demasiado cercano…
Y claro las cosas no iban a ser perfectas, una milla a siete nudos y el viento desaparece. Ohhhhhhhh…… caemos en la poza tratando de mantener el rumbo hacía la llegada. Pero los rivales de la clase, viéndonos parados, se deciden por la opción norte, que era la prevista por los partes, no nos quedaba otra que seguirlos. Costó arrancar, pero una vez en marcha empujados por el norte, subimos un poco más que los demás, virando y alargando ese tramo hasta quedarnos otra vez parados.



Vuelve el sur…. nos saca de la poza y resbalando sobre el lago que era la Ría, nos dirigimos a Loira, logramos dejar atrás al Grifo y Chispa, quedando a diez esloras del Porto de Marín. Momento clave, tratamos de trasluchar un poco antes que ellos, para no hacer tanto recorrido… Ese fue el gran error de la regata, el bordo hacia la línea era lastimoso, ángulo cada vez peor y la presión menor. El Porto, se metió en la rocas y aprovechando el terral trasluchó, saliendo con velocidad y metiéndonos dieciséis minutos en compensado, hizo un regatón y supo “leer”, mejor que nadie, las complicadas líneas de viento, aprovechando su “diseño ligero”.
Finalmente conseguimos un tercer puesto que sabe a mucho o a poco, dependiendo del momento de la regata en el que pienses.

Este año será duro, pero divertido….

Pd. A la tripulación del Mítico se le debe dar un 12…. el 10 es poco, con Cris haciendo “volar” un Spi (sin viento) de forma perfecta.