lunes, 10 de septiembre de 2012

Vigo-Sanxenxo, arranca el Rías con fuerza.


Tenía un pálpito, llevaba semanas pensando que se podría conseguir, ganar el Rías se presentaba como una meta factible. Los resultados obtenidos en las últimas regatas confirmaban que el mítico estaba en un momento dulce, ese plus de velocidad  y resolución de las maniobras me inspiraba confianza, Quico me decía que no apuntase tan alto, pero yo, sin ánimo de pecar de soberbio, insistía en ello.
Nos subimos al tren con destino Vigo, pasamos el rato estudiando los partes y el panorama no era muy halagueño. Previsión de muy poco viento, casi nulo y al superar las 15:00 entraría una borrasca con altísimos rangos de intensidad. Una previsión realmente atípica y difícil de asimilar como posible por lo explosiva que era su entrada.
En aplazamiento pasamos  un par de horitas bajo la lluvia, sin viento y pensando en lo triste que era comenzar una regata en esas condiciones.


Eolo, hizo su aparición con fuerza, la flota se revoluciona y comienzan las dudas sobre la elección de trapo. Con lo corto que era el desmarque, quizás nos convendría mantener el génova medio y una vez superado aprovecharlo para el largo descuartelar que se avecinaba… o poner el número tres y hacer un desmarque cómodo y más veloz, para posteriormente hacer un cambio de vela.
Salida por el comité, pasados de trapo con el 146 en proa. Roladas y variaciones de presión para regalar. El viento, finalmente baja de intensidad (menos mal que dejamos el grande) y tomamos desmarque en tercera posición. Abrimos vela y nos vamos hacia Cabo Home en un rápido descuartelar. La ola aumenta en la boca de la Ría y el viento se muestra muy inestable en fuerza y dirección. Se nos va al través, no lo pensamos ni un instante e izamos spinnaker, no aguanta ni diez minutos y volvemos a ceñir.
Ya en la Costa de la Vela podemos izar el balón con un ángulo adecuado y poco a poco se nos va hasta una popa redonda.
Ocho, nueve nudos de corredera, bastante ola pero mantenemos el tipo sin mayores complicaciones, pero lo bueno no iba a ser eterno. En un instante la previsión se cumple y nos entra por detrás una turbonada brutal. Aguantamos un rato, la velocidad se dispara, no mantenemos la estabilidad y el barco se nos va de orzada dándonos una galleta de campeonato. El Mítico con la orza fuera, la escota de spi suelta y para mayor complicación se nos larga la braza, con lo cual la vela se queda en bandera. Adrizamos y corremos el temporal, recuperamos la braza pero la escota incompresiblemente desaparece. Arriamos el balón e izamos el Génova medio.
A nuestro alrededor el espectáculo era dantesco, el Somni enseñando la obra viva con uno de sus tripulantes en el agua, los otros dos barcos que teníamos cerca reventaron sus spis y por la emisora nos enteramos que el Don Pedro Hoteles rompía su mástil minutos después.
Velocidades de vértigo, marcamos el nuevo record del Enxuto en trece nudos y no bajamos de diez en ningún momento. De esta forma entramos en la Ría de Pontevedra tratando de izar, de nuevo, la vela de portantes pero el viento se nos viene al través, con lo cual mejor dejar las cosas como están y hacemos entrada en Sanxenxo dando gracias de no haber roto nada.  


Abarloamos al Aceites Abril y nos reponemos de la dura travesía, aprovechando para fotografiarnos con la Campeona Olímpica Tamara Echegoyen.
Finalmente conseguimos un cuarto puesto que aceptamos como buen resultado visto lo visto y ya nos situamos en los puestos altos de la clasificación.


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